“Cuando la educación deja de ser considerada un derecho y pasa a ser concebida como mercancía, como lo hace este gobierno, suceden estas cosas: se corta por lo más fino, se desfinancia al que más apoyo necesita, se destinan los fondos para los que más tienen cuando en verdad lo que el Estado tendrían que hacer es exactamente lo contrario: nivelar, trabajar para la igualdad de oportunidades”. El que habla es Eduardo López, Secretario General de la Unión de Trabajadores de la Educaión (UTE) y Secretario Gremial de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA).
Por otra parte, este recorte deja sin trabajo a más de ochenta docentes de las distintas materias y especialidades. Con respecto al destino de los alumnos la promesa oficial es que “serán reubicados”. “Claramente ‘reubicación, en el idioma de Cambiemos, ha pasado a convertirse en un eufemismo de ‘cierre’. A las escuelas y a los cursos, los clausuran diciendo que van a reasignar a los alumnos.
En el Gobierno, analiza López, “tiene una concepción mercantil de la educación: accede el que puede sostenerse. El que puede costear esa mercancía, el que puede ir a la escuela privada de su barrio, pagarse el colectivo, cambiar su horario de trabajo. Esta actitud no sólo cristaliza las desigualdades de base, también las profundiza. Sin embargo, el Estado y la educación pública deberían ser garantía de exactamente lo contrario”.
Según las autoridades del Ministerio el ajuste continuará: a mitad de año planean cerrar muchas más sedes, como ya viene sucediendo desde 2015 en todo el país.
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