
El miedo a la aparición de nuevos síntomas, la angustia ante el agotamiento físico y la culpa de contagiar a seres queridos son los sentimientos más comunes de quienes tienen coronavirus, lo que hace que -más allá de la gravedad física- la enfermedad se transite de una manera «más traumática» que otras, aseguraron pacientes y especialistas, al conmemorarse este sábado el Día Mundial de la Salud Mental.
María Calabrese, integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explicó que «a los seres humanos nos altera muchísimo la incertidumbre y esta enfermedad todavía viene acompañada de muchas preguntas como por qué afecta tanto a algunas personas y a otras no, qué secuelas va a dejar en los organismos, entre muchísimas otras».
En ese contexto «la culpa aparece también como un componente recurrente que agrava la sensación de angustia y malestar. Culpa por haberse infectado, como si eso fuera consecuencia de haber hecho algo mal, y sobre todo culpa por el temor de contagiar a los seres queridos», continuó.
Es una enfermedad que se cursa de una forma solitaria, diferente al resto, porque el primer requisito es que hay que aislarse, a diferencia de cualquier otra patología en la que, por el contrario, es cuando más nos acompañan y quienes tienen un diagnóstico confirmado desarrollan algunos pensamientos obsesivos y tienen pesadillas recurrentes; el hecho de no saber si al día siguiente podés necesitar un respirador genera una incertidumbre muy grande.
Otra observación que compartieron los especialistas del espacio terapéutico es el «temor a la re-infección que expresan los pacientes dados de alta, lo que los lleva a estar híper atentos a cualquier otro síntoma que pueda aparecer».
Un aspecto que destacaron ambos expertos es que esta sensación de angustia y miedo se prolonga en aquellos pacientes cuyos síntomas o secuelas se prolongan por semanas.
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