Una docente de la UBA e investigadora del Conicet se propuso medir el dióxido de carbono (CO2) en lugares clave de la localidad bonaerense de Pehuajó, donde creció, como el hospital municipal o una residencia geriátrica para mejorar la ventilación -uno de los factores determinantes para disminuir el riesgo de contagio de coronavirus por aerosoles acumulados- y a la vez difundir esta medida de prevención.
Decidió comenzar una campaña personal de divulgación «para informar a la comunidad sobre la relevancia de la ventilación cruzada, constante y distribuida en ambientes cerrados o semicerrados para evitar la acumulación del virus SARS-CoV-2 en forma de aerosoles” (esas pequeñísimas gotas que emitimos al exhalar),añadió.
“Expertos y expertas en este tema han identificado que esta forma de contagio es una de las más importantes y debe ser considerada y sumada al uso de barbijo, distancia social e higiene de manos”, indicó la investigadora, quien considera a la divulgación científica como una «herramienta fundamental para enriquecer a la comunidad en el ejercicio del pensamiento critico y en la toma de decisiones en base a la evidencia».
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